FILOSOFÍA EDUC.




DEFINICIÓN

La Filosofía es la ciencia que se ocupa de responder los grandes interrogantes que desvelan al hombre como ser el origen del universo o del hombre, el sentido de la vida, entre otros, con el fin de alcanzar la sabiduría y todo esto se logrará a través de la puesta en marcha de un análisis coherente y racional que consistirá en el planteamiento y la respuesta de cuanta cuestión se nos ocurra, por ejemplo, qué es el hombre, qué el mundo, qué puedo conocer, qué puedo esperar de tal cosa.

La Filosofía de la Educación puede definirse como la aproximación al mundo de los fenómenos educativos desde una perspectiva filosófica. Se encuadra, por tanto, en el ámbito de la Filosofía Práctica pues constituye un saber de la acción, para la acción y desde la acción. En consecuencia, su fin principal no es tanto la contemplación de la realidad educativa como su mejora




               



INTRODUCCIÓN

Desde sus orígenes en la Grecia clásica la Filosofía se constituye como el saber más general y profundo sobre la realidad, porque se ocupa del conocimiento del ser en toda su amplitud a la luz de las últimas causas y primeros principios. La Filosofía, por su propia naturaleza, constituye un saber de segundo orden, pues sólo superando el plano epistemológico del conocimiento espontáneo y científico es posible alcanzar la unidad de sentido y universalidad a la que tiende la Filosofía.
En este contexto, la Filosofía de la Educación puede definirse como la aproximación al mundo de los fenómenos educativos desde una perspectiva filosófica. Se encuadra, por tanto, en el ámbito de la Filosofía Práctica pues constituye un saber de la acción, para la acción y desde la acción. En consecuencia, su fin principal no es tanto la contemplación de la realidad educativa como su mejora.
La Filosofía de la Educación no siempre es valorada adecuadamente por parte de los filósofos: algunos la consideran una filosofía “de segunda clase”, porque se trata de una de las ramas de la Filosofía que toma otra actividad humana como objeto de estudio. En otras ocasiones, el menosprecio hacia la Filosofía de la Educación tiene su origen en los prejuicios de los propios educadores, que la consideran un saber bello pero inútil, incapaz de orientar efectivamente la educación que es, ante todo, una tarea práctica.
Así, la Filosofía de la Educación ha sido denostada desde dos frentes: de una parte, por filósofos que se empeñan en encajar las ideas entre sí de modo que formen un sistema coherente en lugar de comprender su verdad y unidad esencial; de otra, por aquellos educadores que conciben la propia tarea como una actividad fundamentalmente práctica, de la que se esperan efectos beneficiosos inmediatos visibles y mensurables, en el ámbito del aprendizaje.

Peters definió la Filosofía de la Educación como una familia de investigaciones unidas entre sí por su carácter filosófico y su relevancia en cuestiones educativas





 



EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA





LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN COMO:

 “disciplina académica”




La diversificación de las disciplinas académicas obedece a su consideración como áreas de estudio organizadas sistemáticamente; son ámbitos del saber y del hacer que tienen objetos, metodologías y finalidades específicas. Más que conjuntos estáticos de saberes objetivados, las disciplinas son modos de disponer un conjunto de actividades cognoscitivas.
Así, la Filosofía de la Educación se distingue de las demás materias filosóficas y pedagógicas por su objeto de estudio, la metodología que emplea y el fin que se propone alcanzar.
— Su objeto propio es el estudio del fenómeno educativo en toda su amplitud: los agentes, procesos y escenarios donde se desarrolla el binomio enseñanza-aprendizaje.
— Emplea para su elaboración metodologías filosóficas.
— Tiene como fin inmediato la elaboración de un cuerpo de doctrina que facilite a los profesionales de la educación la comprensión del sentido y las implicaciones antropológicas y éticas de su tarea, para mejorar su actividad práctica.
En definitiva, la Filosofía de la Educación no pretende elaborar “una gran teoría” en el sentido epistemológico fuerte de la palabra —un sistema unificado de proposiciones, semejante a las teorías científicas—, sino llevar a cabo una reflexión crítica y sistemática sobre la educación de la que se puedan extraen conclusiones que permitan entender y afrontar mejor los problemas de la práctica educativa.
El asentamiento de la Filosofía de la Educación como disciplina académica a partir de 1960 se debe a Richard S. Peters, del Instituto de Educación(Institute of Education, IOE) de la Universidad de Londres, quien lideró el trabajo de un grupo de expertos en Filosofía Analítica, que aplicaron este método al estudio de la educación. Su objetivo principal se orientaba a la clarificación filosófica de conceptos educativos fundamentales como, por ejemplo, enseñanza, adoctrinamiento, autoridad, aprendizaje, creatividad, etc., que hasta ese momento habían recibido poca atención por parte de los filósofos.


UN MITO FILOSÓFICO





La Filosofía nunca empieza de cero. Parte de innumerables noticias, experiencias, conocimientos y sobretodo de un subsuelo de creencias creadas en un momento circunstancial (histórico, social, cultural, político o religioso) del hombre de acuerdo a su inquietud. La filosofía del pasado no queda arrumbada, queda absorbida e incorporada a la actual para poder llegar a preguntarse por y del todo.
Es esencial el conocimiento del pensar filosófico ya que si una persona no puede contestar satisfactoriamente a preguntas aparentemente triviales de su vida como él: ¿Porqué trabajar y ganar dinero? No sabrá para que sirve, ni sabrá la utilidad de su ser y por lo tanto será un perfecto desconocido de sí mismo y no tendrá sentido ni significado de su vida. La filosofía se plantea un sin fin de preguntas radicales para saber a qué atenernos, para orientarnos sobre el sentido del mundo y de nuestra vida, para saber quienes somos y de que somos capaces para enfrentarnos a una realidad perfectamente lúcidos. La filosofía no necesita tener éxito, es más, si no surge una contrariedad en el individuo, entonces no es filosofía ya que necesita pensarse y justificarse. Todas las preguntas filosóficas tienden a encontrar más preguntas de la misma y así sucesivamente. Entre más sabio se es, más dudas se tendrán, pero sólo se logra reflexionando filosóficamente al exponer las convicciones y posturas más íntimas de cada quién.
La consecuencia de la filosofía es que el filosofo sea auténtico y no se lleve por estructuras lineales, si no que conozca la estructura de la filosofía en la cual exponga lo específico del conocimiento racional y traté de encontrar un sentido "último" para cualquier situación. Para hacer de la filosofía un quehacer intelectual debe ir ligado a las características del ser humano junto con su dignidad y buscar la conexión general de todas las cosas.


Por lo tanto, la filosofía es el descubrimiento de preguntas ineludibles para enriquecer a la humanidad y no engañarse ante lo establecido e ir más allá (pensar) de lo cotidiano para buscar y encontrar la autenticidad de la vida y dar la bienvenida a una libre aceptación de un destino elegido.









La Filosofía de la Educación y otras disciplinas pedagógicas



La Filosofía de la Educación no constituye un campo independiente, como una “reserva acotada” de conocimiento, sino que debe cultivarse en diálogo interdisciplinar con los demás saberes que se ocupan del estudio del ser humano y de la educación. En concreto, se sitúa en la intersección de la Antropología, la Filosofía de la Cultura y las Ciencias de la Educación cuando éstas tratan de comprender en plenitud al ser humano en cuanto educable, con vistas a iluminar lúcidamente la acción educativa .


















En cuanto disciplina académica, se puede elaborar de diferentes maneras, muchas de ellas válidas y complementarias entre sí. El hecho de que se cultive con una orientación más histórica o sistemática, analítica o deductiva, etc., dependerá de las inclinaciones filosóficas de los autores o de las circunstancias externas —requisitos legales, académicos, etc.— que pesen sobre ellos.






EL PROPÓSITO DE LA FILOSOFÍA EN LA EDUCACIÓN


La filosofía tiene como tarea propia posibilitar una respuesta a este interrogante. Y ahí está su especificidad en relación a las ciencias de la educación. Ella asume al respecto una doble función de interrogación y de integración. Por lo tanto se la puede considerar, con G. Mialaret, como “una epistemología de las ciencias de la educación”.
La filosofía interroga cada ciencia sobre el estatuto y sobre el alcance de sus afirmaciones, corriendo el riesgo de detectar un cierto dogmatismo detrás de la objetividad aparente de los enunciados y nociones. Pues, cuando el economista habla de “capital humano”, el historiador de “progreso”, el psiquiatra de “regresión”, el sociólogo de “normal”, el psicólogo de “equilibrio”, se trata de nociones normativas que implican una finalidad. Así, el “equilibrio” no es (sólo o absolutamente) lo que existe, sino lo que debe ser. Ahora bien, sucede que las ciencias plantean sus finalidades como objetos observables y mensurables si bien lo son en ciertos aspectos- pero sin preguntarse por qué son finalidades, en otras palabras por qué deber ser alcanzados. Por qué el equilibrio es más deseable que el desequilibrio? Resumiendo, la tarea del filósofo es de preguntarse sobre las finalidades de la educación. Su campo no es el “cómo” -y los objetivos pedagógicos jamás son los “cómo”- sino el “por qué”.
Las finalidades de la educación conciernen al hombre en su totalidad. “Saber el inglés” es una finalidad si se trata de mi carrera, o de mi cultura o de mi felicidad o en todo caso de mí mismo. Esta simple constatación tiene un alcance no sólo pedagógico -mostrar al alumno que “se trata de él”- sino también epistemológico. En nuestros días, las ciencias, aun las de la educación, son cada vez más numerosas y especializadas; recordemos que hoy en este campo, no se dice “sabio” sino “especialista”.
Frente a esta fragmentación, la filosofía tiene una tarea de integración; invita a las ciencias de la educación a hacer una síntesis de sus adquisiciones, una actividad que no tiene fin y que siempre se debe recomenzar.





                   




La Filosofía y también la Filosofía de la Educación, no es un tipo de saber útil en el sentido en que pueden serlo las matemáticas o la ingeniería; pero es de gran utilidad, porque cumple una función esencial a la hora de iluminar la acción humana, que por tratarse de la actividad de un ser racional debería estar orientada por el conocimiento. Por esa razón su cultivo adquiere una gran importancia para los educadores.






La Filosofía de la Educación se ocupa también de otros temas de gran importancia como, la formulación del modelo antropológico que subyace en las distintas propuestas teóricas de educación; la naturaleza específica de la relación educativa; la clarificación de los fines, objetivos y valores educativos; el lugar que corresponden a la educación social, cívica, política, religiosa, ética y estética en el currículum; la deontología profesional de los docentes, etc.



Sólo tras una reflexión Filosófica, Antropológica y Ética sobre el sujeto de la educación es posible formular conclusiones que tengan fuerza normativa en este ámbito. Y sólo entonces los educadores estarán preparados para ejercer un juicio razonable sobre su propia tarea, y hacer aportaciones substanciales en asuntos educativos de interés general, más allá de los límites de su institución.
Como ya se ha mencionado, la Filosofía de la Educación, no busca directamente generar nuevos conocimientos pedagógicos, sino permitir una comprensión más profunda de aquello con lo que el educador está ya familiarizado; y ayudar a conocer las discusiones y los problemas que tuvieron lugar en el pasado, y el modo en que fueron afrontados —y tal vez solucionados  racionalmente.







CONCLUSIÓN


En concreto, hay tres campos de la Filosofía de la Educación que pueden proporcionar una ayuda inestimable a los educadores:
1. El recurso al Análisis lógico del lenguaje, orientado a la clarificación de los términos y teorías pedagógicas que se emplean en el lenguaje ordinario y el discurso académico sobre la educación.
2. El modo de argumentación propio de la Filosofía práctica, que proporciona un contrapeso y complemento a la abstracción de las ciencias teóricas y al pragmatismo técnico.
3. El conocimiento de la Historia de la Filosofía, que pone en contacto con las diferentes respuestas que el ser humano ha formulado a los interrogantes últimos que se plantea, desde perspectivas teóricas e ideológicas muy diversas.
En efecto, los conceptos que utilizamos actualmente en el ámbito educativo son el producto terminal de un proceso histórico de transformación de nociones que se acuñaron por primera vez en la Grecia clásica. Conviene conocer el desarrollo de las ideas que se emplean, porque la evolución de su uso y su significado manifiestan cuestiones más profundas que es necesario tener en cuenta para su adecuada comprensión. Porque, como señala Boyer, no es posible adquirir un conocimiento adecuado de las realidades específicamente humanas —y la educación es, sin duda, una de ellas— sin conocer su historia.
Muchos filósofos han trabajado temas de interés para la educación. En todas las grandes áreas de la Filosofía—Metafísica, Lógica, Ética, Epistemología, Antropología Filosófica, Filosofía Moral y Política, etc.— se tratan de un modo u otro cuestiones que afectan directamente al núcleo mismo de la acción educativa como, por ejemplo, la distinción entre el bien y el mal, el ejercicio de la libertad, la posibilidad de que un ser humano enseñe a otro, la dimensión social del ser humano, el fundamento de la autoridad, etc.
La Historia de la Filosofía pone al educador en contacto con las ideas que entretejen nuestro modo de entender la educación, facilita el desarrollo del juicio propio y previene frente al peligro del dogmatismo en aquellos ámbitos que están abiertos a la discusión, a la diversidad de planteamientos, y a la crítica razonada.
No es este el momento de señalar el desarrollo del pensamiento educativo en la Historia de la Filosofía. Remitimos al lector a las voces correspondientes a los distintos autores.









FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
h
ttp://www.def
inicionabc.com/general/filosofia-2.php

... via Definicion ABC
http://www.philosophica.info/voces/filosofia_de_la_educacion/Filosofia_de_la_Educacion.html

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